Por el kinesiólogo Mario Salazar Aravena, licenciado en kinesiología con experiencia en el área rehabilitación hospitalaria y deportiva y la colaboración de la kinesióloga Rocio Gonsalez Rojas, diplomada en prescripción y aplicación del ejercicio físico basado en la evidencia UCH   

Durante estas semanas hemos venido comentando los beneficios que tiene la práctica de actividad física en diferentes condiciones de salud, para esta columna nos enfocaremos principalmente en las mujeres, las que mes a mes nos vemos enfrentadas al llamado síndrome premenstrual, el que corresponde a un conjunto de alteraciones físico-mentales que ocurren al final de la fase lútea del ciclo menstrual, que en ocasiones suele inhabilitarnos para ciertas actividades, lo que nos lleva muchas veces a “no querer hacer nada”.

 El Centro Latinoamericano Salud y Mujer señala que hasta el año 2008 el 90% de las mujeres latinoamericanas padecen síntomas del SPM.  

Durante este periodo de mayor sintomatología dolorosa, las alternativas de tratamiento suelen ser los medicamentos, de hecho existe una línea de analgésicos específicos para este periodo, pero no es mucha la recomendación médica que se entrega respecto a un método gratuito y alternativo que es la realización de ejercicio el cual entrega los siguientes beneficios:

  • Ocasiona una mejora, ya que aumenta los niveles de endorfinas conocidas como hormonas de la felicidad ayudando a mejorar la sensación de bienestar, reducen el dolor y mejoran el estado anímico.

 

  • Libera sustancias cerebrales que promueven una mayor tolerancia al dolor y además mejoran la irrigación a nivel de la pelvis disminuyendo así la sintomatología dolorosa

Se ha investigado mujeres a las cuales se les ha sometido a rutinas de ejercicios y estas  han logrado una  disminución:

  • En la toma de medicamentos,
  • En la intensidad y duración del dolor
  • En el volumen del sangrado

Otro beneficio importante y que las mujeres suelen notar, es la retención de líquidos que nos lleva a sentir hinchazón y sensación de pesadez  y que genera fluctuaciones de peso corporal, esto provocado por los cambios hormonales que van sucediendo durante el ciclo, esto puede ser aliviado con la práctica regular de ejercicio principalmente de tipo aeróbico, lo que genera una mayor contracción de la musculatura y a su vez propicia la eliminación de líquido. También disciplinas como el Pilates suele tener buenos resultados debido a la relajación que provoca en los tejidos musculares.

Muchas veces escuchamos decir “prefiero no hacer nada, no iré a hacer ejercicio, etc. Pero como recomendación comencemos a crear hábitos de actividad física, muchas mujeres tenemos como trabajo realizar deporte, a diferentes niveles instructores, deportistas de alto rendimiento y, por tanto, no podemos fallar, es así que por ejemplo; en las deportistas se suelen modificar sus rutinas de entrenamiento dependiendo de cada mujer en particular, por lo general, los mejores resultados se observan en la fase postmenstrual y post ovulación donde se generan entrenamientos de mayor carga.

Otra recomendación muy importante es mantener una buena alimentación e hidratación junto con hábitos saludables, existen estudios que aseguran que aquellas mujeres que llevan una vida saludable con una buena alimentación, realizan actividad física, saben manejar sus situaciones de estrés y no mantienen hábitos nocivos como el cigarrillo o el alcohol, padecen de menores síntomas durante el periodo premenstrual.

Se invita a que busquemos instancias para mejorar nuestros hábitos en los centros de salud, juntas de vecinos, gimnasios sea cual sea la opción será de gran ayuda y siempre es mejor moverse que quedarse en casa durante “esos días”