Por Nicolás Toro Herrera (psicólogo).
Quien no se ha sentido juez de su vida o con la capacidad de juzgar a otro, sentir que es un vengador o asesino que puede re-negar la ley que impone la sociedad. Todo lo mencionado en ocasiones son cualidades de nuestro YO (personalidad) que se reprime a un punto de enfermar a la persona y a la sociedad.
Lo más absurdo sería ignorar las cualidades de una persona, siendo nosotros mismos enemigos al no saber qué decisión ejercer en contextos determinados. Acá para algunos teóricos de la inteligencia como Wechsler hablan de la capacidad que tiene este sujeto para adaptarse a un sistema de vida que a veces es de consumismo o colaborativo a otro.
En lo que se habla del individuo, no se puede dejar de lado a la familia que es la creación de proyecciones, fantasías, deseos, etc. Y en la cual se involucra el afecto más maravilloso que puede obtener un sujeto y es el amor. Que en circunstancias somete al sujeto como esclavo de objetivos que velan por el bienestar de la familia.
El problema para algunas personas es aceptarse, formar una familia, pero aún más complicado es pensar en la SOBERANA (muerte) como la describe el filósofo alemán Friedrich Nietzsche en su libro “Así Hablaba Zaratrustra” que sostiene el punto hasta donde llega nuestra vida y comienza la nada. Todo lo mencionado en el sujeto genera un problema o complicaciones para sobrellevar su vida, cuando se acepta y crea una familia.
Tanto trabajar durante tu vida para acabarla en un suspiro que te indica y les pregunto a mis lectores: placer por realizar una vida plena como lo exige la sociedad, ser feliz, ser consumista, ser colaborativo con el otro, estudiar una carrera, trabajar para alimentar tu ego y traer consigo un bienestar económico, etc. Tanto análisis para qué, yo te diré para qué para vivir tu vida sea cual sea tu decisión.