Por Patricio González Nuñez, Candidato Independiente a Alcalde.
Inserción solicitada campañas políticas regidas por el Servel.
Semanas atrás en la asamblea anual, la directiva de la Serranía de Rinconada de Silva informa a los comuneros la intención de llevar adelante la instalación de un parque solar que abarcaría 165 hectáreas de la comunidad. Los beneficios económicos que este reportaría a los comuneros son poco interesantes; en comparación a las consideraciones sociales, ambientales, de calidad de vida de los vecinos del sector; entre otros.
Lo que para algunos representa un negocio interesante; levanta dudas y temores para otros. El caso es que la comunidad se ha organizado prestamente, pues entienden que su calidad de vida se verá afectada de forma drástica, además de haberse avasallado sus derechos; pues desconocen en gran medida de qué se trata el asunto; quién lo financia; y a quienes favorece.
Dudas legítimas en todo caso; pues no debe confundirse la decisión personal, amigable y ecológica; de colocar un panel solar en el techo de nuestra vivienda; con un proyecto de las dimensiones del formulado. Cierto es que la instalación y uso de fuentes no convencionales de energía (como la fotovoltaica) tienen asociados impactos ambientales, socioculturales y económicos; los que deben ser evaluados de forma previa. De esta manera los estudios de impacto ambiental (o declaración) a los que deben ser sometidos proyectos de esta envergadura; precisamente identifican las áreas de influencia, describen las características de la intervención; así como proponen planes de manejo y mitigación a los impactos que obviamente -dada la magnitud- conllevan a las poblaciones cercanas. Llama la atención que nada de esto sucedió en Tabolango, por lo que podemos inferir que se trata de una instalación familiar, ¿que abarca 165 hectáreas?
¿Existirá una carpeta del proyecto ingresada en el Departamento de Obras? ¿Quién consumirá la energía que produzcan estos paneles? ¿Quién financia la instalación del parque solar, inversión importante en términos de dinero? ¿Cómo afecta esto la calidad de vida de las personas del sector? ¿Cómo interfiere con las actividades productivas de su población? Ninguno de estos aspectos fue debidamente considerado. ¿Puede la serranía decidir sobre el futuro y vida de la comunidad?
Más interrogantes que certezas surgen ante esta noticia. ¿Porqué tanto hermetismo en torno al proyecto? ¿Cuáles son los requisitos legales y técnicos del estado de Chile para instalar un parque solar? Hasta el momento ninguna de estas interrogantes ha sido subsanada. Señalamos que el proyecto está siendo parcelado precisamente para evitar instancias de evaluación ambiental; así como opinión de la comunidad al respecto.
Observamos cómo una vez más la voluntad de un grupo minoritario intenta pasar por encima de los derechos de la comunidad, basándose en el desconocimiento que la misma posee. Levantan banderas ecológicas para justificar su accionar; subestimando a los habitantes del territorio. Exigimos transparencia y discusión del proyecto. No permitiremos que transformen –destruyan- nuestro lugar en el mundo, tan solo por su avaricia. Patricio González Núñez