Como todos los Domingos publicamos una crónica hecha llegar a nuestro medio por, por Christian Rodrigo Nuñez La Rosa, Cronista y recopilador de Historias. para Putaendo Informa.
EL PRESIDENTE CHILENO QUE MURIO EN PLENO ACTO SEXUAL CON UNA FAMOSA CANTANTE. CUANDO HABLAR DE SEXO NOS INCOMODA
Por mucho tiempo hablar de sexo fue tabú, sobre el homosexualismo y el lesbianismo ni hablar. Los secretos de alcoba se guardaban entre siete llaves, claro está que los rumores no corrían la misma suerte. Con una sociedad mucho más cerrada y llena de tapujos, muchos son los secretos que aún se guardan y quizás le interesen conocer.
Arturo Alessandri Palma fue conocido como el León de Tarapacá, gobernó nuestro país en dos periodos, uno entre 1920 -1925 y el otro entre 1932 -1937. Es recordado como uno de los políticos más importantes de la primera mitad del siglo XX, aunque no exento de polémicas por las represiones en la masacre de Ranquin y la cruel y feroz matanza del seguro obrero.
Una de las folcloristas más famosas de nuestra historia fue Ester Soré, conocida como la negra linda, obviamente que su seudónimo la reflejaba plenamente. La intérprete de “la enagüita” era una verdadera artista con una voz sin igual, su belleza impactaba tanto como su voz, no es menor la cantidad de admiradores que poseía, entre ellos “el León de Tarapacá”. La atracción fue mutua. Corría el año 1950 y eran comunes las visitas por las noches a la casa de la artista. En una de esas jornadas y en pleno acto amatorio encontró la muerte el ex presidente. La artista llamo a los cercanos del mandatario para que la ayudaran en esta triste y embarazosa situación, la de sacar el cuerpo inerte del ex gobernante de su casa en forma sigilosa y en plena noche sin que nadie pudiera enterarse de tremendo escandalo para la época.
Mejor suerte tuvo su hijo Jorge Alessandri Rodríguez quien también fue presidente. Conocido como “El Paleta”, Jorge debió cargar todo su mandato con los rumores sobre su sexualidad, para muchos era un secreto a voces que era homosexual. Un pasquín capitalino de la época lo llamaba “La Señora”.
La prensa no escatimo palabras de grueso calibre para tratar a las personas que tenían condición de homosexual, ejemplos hay varios. La revista Vea tituló luego de una de las primeras marchas de diversidad sexual en el año 1973 “Rebelión homosexual: los raros quieren casarse”. Por su parte el Clarín a todo color, titulaba “Colipatos piden chicha y chancho”, hablando de “desviaciones sexuales”, de “maracos”, de “yeguas sueltas” y de, “locas perdidas”. Otro título no menor fue el siguiente “Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la plaza de armas, Repugnante espectáculo, ¿y la policía? Fue una muestra de la homofobia aceptada en la época por toda la sociedad.
La sexualidad de los principales personajes de nuestra sociedad tanto nacionales como extranjeros siempre se trató de mantener en secreto, era como una ley no escrita de no ventilar en público lo que todos sabían.
El primer Obispo de Santiago Rodrigo González marmolejo fue conocido como un gran mujeriego, a pesar de pertenecer al clero, fue famoso por andar saltando murallas para acostarse con muchas damas de la alta sociedad de la época.
La esposa de don Joaquín Toesca (el arquitecto de la moneda) era mucho más joven que él, de nombre Manuela tenía una vida muy libertina, de hecho, engañaba a Joaquín en el mismo lugar de trabajo de su marido con trabajadores que las oficiaban de obreros en la moneda, ella con el pretexto de visitar a su marido mantenía varias relaciones en el día con diferentes hombres. Finalmente, el arquitecto muy enamorado de su esposa la mando a encerrar a un claustro de monjas para que su reputación no siguiese siendo dañada.
El caso de don Diego Portales es muy especial, de día se comportaba como todo un señor, entrando la noche se transformaba y se dirigía al sector de la chimba donde pasaba la noche en prostíbulos de mala muerte, compartiendo con meretrices del bajo mundo.
Era la Navidad de 1648, y en plena misa, toma la palabra un monje dominico, de visita en Chile don Francisco Alcázar de Romo, que traía una orden de la Santa Inquisición para castigar y juzgar (en ese orden) los pecados de la sociedad. En dicha misa señala el cura que hay 6 mujeres presentes que se debe acusar por INFIDELIDAD, y las nombra una por una : Antonia de Benavides, Lucinda de Blas (quienes al escuchar su nombre se desmayan), Beatriz Cano, Mariana Álvarez, Águeda Polanco y Juana Mujica, quienes sólo se dedican a apretar su rosario. Todas ellas de buenas familias. El delito fue señalado de la forma siguiente: ” acusadas de delitos antinatural como manoseos y succiones orales a los genitales de unos recios y apuestos oficiales ibéricos hechos ocurridos hace 3 años”. Todas son enviadas al Claustro de las monjas Clarisas, mientras el Gobernador y el propio Obispo trata de salvar a las encopetadas acusadas. El Obispo pide misericordia al Padre de la Inquisición diciendo que las “dichas mujeres fueron obligadas a casarse siendo muy jóvenes y sus maridos no le dan mucha importancia a la acusación”, de hecho Antonia de Benavides ya estaba viuda ( a su marido se le había caído una muralla encima en el terremoto de 1647). Los trabajos del Gobernador logran su cometido, y el Obispo deja sin efecto la acusación del Padre de la Inquisición. todas fueron liberadas de inmediato, menos la viuda que decide hacerse monja. En junio de 1649, el Gobernador estaba muerto y el Obispo viajó fuera del país. y el Padre inquisidor intenta reabrir el caso, comienza a escribir la acusación, y sale a tomar el aire de noche en un banco cerca de la actual Plaza de Armas de Santiago, cuando dos personas desconocidas y cubiertas se acercan a él (testigos dicen que fueron dos mujeres, otros que eran dos esclavos negros) , lo asaltan, le suben su sotana y PAF ¡ le cortan todos sus genitales, los padres domínicos no saben qué hacer y se demoran una hora en ayudarlo. El Padre Inquisidor se salva de la muerte, pero se queda sin su hombría y rápidamente decide irse del país. Nunca se hace averiguación de quienes fueron los autores de la venganza.
La primera monarca constitucional de España fue Isabel II, obligada a un matrimonio sin sentido con su primo, el infante Francisco de Asís de Borbón -el día del matrimonio le dijo a un diplomático: “Qué voy a decir de un hombre que en la noche de bodas llevaba en su camisa más bordados que yo en la mía”, su primo esposo gustaba más de los hombres que de las mujeres.
“Es puta, pero pía”. Se dice que esas fueron las palabras reales utilizadas por el papa Pío IX para definir a Isabel II momentos antes de concederle la Rosa de Oro de la cristiandad. Su recua de amantes, especialmente el general Francisco Serrano, le granjeó fama de ninfómana. Así la describen todas las crónicas de la época, como una mujer con un apetito sexual insaciable, que invitaba a su lecho a cualquiera y como una monarca a la que le interesaba más el placer que el poder incluso retratándola como capaz de practicar zoofilia.
Estos son algunos casos donde hablar de sexo incomoda. ¿Y usted que piensa?
¿Estaremos preparados para tener un presidente que derechamente se declare GAY? Nos vemos la próxima semana.