La actividad también contó con una delegación de arrieros de Putaendo que en estos días recrearán el histórico Cruce de Los Andes.
Por Patricio Gallardo M.
Solo con la presencia de arrieros de la comuna, las autoridades locales . dirigentes y vecinos se desarrollo una de las actividades más importantes como lo es la conmemoración del los 203 años del emblemático combate de las Coimas, donde en esta ocasión el ejército de Chile estuvo totalmente ausente y no se contó con ningún representante de esa rama de las fuerzas armadas.
La actividad también hizo homenaje a la delegación de 40 personas de Putaendo que recrearán el Cruce del Ejército de Los Andes. en una actividad tradicional que surge desde las gestiones del municipio y que permitirá que chilenos y argentinos puedan reunirse en la frontera para celebrar aquella arriesgada gesta heroica ocurrida hace más de dos siglos. Vale la pena mencionar que dicha celebración tan trascendental e histórica mantuvo su realce gracias a las gestiones del municipio y la presencia de los arrieros que viajarán a la cordillera pero donde se sintió mucho la ausencia del ejercito de Chile que cada año acudía hasta este histórico lugar y que hoy por las razones que haya sido no estuvieron a la altura de recordar a quienes dieron la vida por nuestra independencia y que en muchas ocasiones recordaban en esta fecha con emblemáticos relatos y discursos en manos de oficiales del regimiento reforzado Yungay de Los Andes.
“La importancia del combate de las Coimas para Chile y en especial para el ejército”
La madrugada del 7 de febrero de 1817, las fuerzas realistas asentadas en guardia en Las Coimas, comandadas por el teniente coronel Miguel Marqueli, se componían de 400 jinetes, 300 infantes y 2 piezas de artillería.
En las fuerzas libertadoras, Manuel Soler había adelantado a Necochea, con 140 jinetes del cuerpo “Granaderos a Caballo” (2 escuadrones) y la escolta de San Martín, en misión de exploración hacia la zona de San Felipe. Al llegar a Las Coimas, Necochea comprobó la presencia de efectivos realistas aproximados a 700 hombres ocupando una fuerte posición al este del río Putaendo. Soler hizo forzar la marcha de su infantería y el día 6 estuvo con todas sus fuerzas en las primeras planicies del Valle de Putaendo. Allí hizo montar los 5 cañones de su división y estableció su cuartel general en la Hacienda de San Andrés del Tártaro (a 4 leguas más adelante de Las Achupallas). Soler dispuso que el comandante José Melián saliera del cuartel general con la mayor parte de los escuadrones N° 3 y 4 de Granaderos a Caballo y 2 compañías de infantería, y tomase la Villa de San Antonio de Putaendo (a 2 leguas de allí). Dispuso también que Necochea con 110 jinetes avanzara 2 leguas más adelante de ese pueblo por el camino público y se situara a una legua de San Felipe.
Al divisar a las fuerzas realistas en los cerros de Las Coimas el 7 de febrero, sin esperar la llegada de refuerzos, Necochea decidió atacar, para lo cual dividió sus fuerzas en tres fracciones de Granaderos a Caballo, puso a la derecha al capitán Manuel Soler y a la izquierda al ayudante Ángel Pacheco. Mientras mantuvo oculta a una de ellas, con las otras dos simuló un ataque seguido de una retirada, para separar a la infantería realista de la caballería que lo perseguiría. Tal como lo esperaba, la caballería realista se lanzó en persecución, siendo entonces contraatacada simultáneamente y desde tres direcciones por los efectivos patriotas que lograron la victoria en inferioridad numérica. En el campo quedaron 30 muertos y 4 realistas prisioneros. La infantería realista no intervino y retrocedieron rápidamente hacia San Felipe, causando gran alarma entre sus partidarios. El comandante Atero avisó al gobernador que abandonaba la provincia y con todas sus fuerzas se dirigió hacia Santiago, destruyendo el puente al pasar el río Aconcagua.
El día 8, las fuerzas patriotas entraron en San Felipe y a la tarde se reunieron las divisiones de Soler y de O’Higgins. El día 9 fue reconstruido el puente sobre el río Aconcagua y el comandante Melián avanzó con un escuadrón de granaderos hacia Chacabuco.