Por Fernando Fuentes Donoso, en recuerdo del medico Patricio Hernán Fuentes Donoso [Q.E.P.D]
Los días de esta Pandemia son muy similares unos de otros y muchas veces, esta monotonía nos tiene sumergidos en conductas circulares que nos hacen pensar en todo aquello que teníamos en el ayer, antes de que este encierro comenzara a ser parte de la cotidianeidad de nuestra vida.
Pero mi recuerdo hoy, 25 de abril, va mucho más atrás y me lleva a ese triste otoño del 2003, hace ya 18 años, cuando partiste de nuestro lado, día que cambio para siempre el resto de mis días y que me recuerda lo frágil que es nuestra existencia.
Viaje desde la Patagonia hasta Santiago, con la esperanza de que solo fuese un mal sueño, algo sin mayor importancia de lo cual nos reiríamos con posterioridad, pero resulto no ser un hasta pronto más o una despedida temporal. Seria la ultima y más triste despedida.
Siempre te recuerdan como aquella magnífica persona que logro encontrar su vocación a tan corta edad y tus extraordinarias capacidades profesionales, que te convirtieron es un destacado y respetado medico a pesar de tu juventud.
Estoy seguro de que hoy, estarías en esa primera línea, trabajando con tus colegas, durante largas horas y complicados turnos, dando lo mejor de ti, para dar la pelea contra este virus que hoy nos tiene cercados y angustiados.
Perdieron un amigo, un colega, un profesional confiable y de excelencia… pero yo… yo perdí a mi hermano… a mi otra mitad… a quien acudí en momentos de dudas y quien fue ese compañero que la vida te regala y que tu esperas, siempre este a tu lado.
Hoy tengo a mi familia, mi mujer, mis niñas y un pequeño que me recuerda que la vida siempre vuelve a comenzar, pero cada 25, te recuerdo… y te extraño como si fuese ayer, pero se que me esperas, junto a nuestro padre, para darnos ese abrazo pendiente.