Por el kinesiólogo Mario Salazar Aravena, licenciado en kinesiología con experiencia en el área rehabilitación hospitalaria y deportiva y la colaboración de la kinesióloga Rocio Gonsalez Rojas, diplomada en prescripción y aplicación del ejercicio físico basado en la evidencia UCH
Durante toda nuestra vida la cognición juega un rol muy importante en las tareas y actividades que desarrollamos. Tal es el grado de importancia que determina el nivel de calidad de las tareas realizadas.
Primero entendemos por cognición; a la capacidad que tienen los seres humanos, a través de percepción, procesar la información que recibimos por todos nuestros sentidos, y con ello, adquirir conocimiento que nos permite nuestro desarrollo intelectual.
Hoy en día se ha estudiado como la actividad física mejora nuestra cognición.
Debemos saber que la cognición se mantiene y promueve a través de la liberación de una sustancia cerebral llamada BDNF, tal sustancia nos permite la supervivencia de las neuronas y fomenta su crecimiento. Esto se torna importante desde las primeras etapas de vida hasta la adultez. Y en esta última se torna aún más importante por los daños y deterioro generados por las diferentes enfermedades asociadas al envejecimiento.
Si lo vemos desde la primera infancia la actividad física mejora de manera considerable las habilidades motoras de los niños, las cuales son muy importantes para desarrollar aprendizaje a medida que vamos creciendo. Un estudio de la Asociación Americana de Pediatría reveló en su investigación; que desarrollar ejercicio de tipo aeróbico mejora la cognición. Damos por ejemplo; en los niños mejora su nivel de atención ante las tareas que se les entregan, por lo tanto, su rendimiento escolar puede mejorar significativamente, ya que serán capaces de evitar las distracciones. Si avanzamos en edad, ya en la adolescencia, algunos autores dicen que es necesaria una mayor estimulación cognitiva durante en esta etapa, dado que en esta etapa aún se mantiene un alto grado de plasticidad cerebral, considerada imprescindible para lograr aprendizajes significativos y una forma de estimular la función cognitiva, es a través de la práctica frecuente de actividad física.
Los beneficios a nivel cognitivo son los siguientes:
- Mejora el autoconcepto, la autoestima, la imagen corporal, el estado de ánimo, la tensión muscular y el insomnio.
- Previene o retrasa la pérdida de la memoria y concentración.
- Disminución del riesgo de depresión.
- Menos estrés, ansiedad y consumo de drogas.
- Mejor socialización y calidad de vida.
En los adultos mayores se torna muy importante, ya que en los años 70 se comenzó a investigar la influencia de la actividad física en la cognición de los AM. El investigador Spirduso en 1975, observó que los adultos mayores que habían sido deportistas tenían mejor rapidez de movimientos, precisión de funciones ejecutivas o memoria de trabajo, un menor riesgo en la aparición o gravedad de la enfermedad de Alzheimer, Parkinson, y síntomas de demencia, que pares de su edad sedentarios, los cuales, tienen una caída en sus funciones cognitivas con el aumento de la edad, donde la inactividad es un factor de riesgo incluso si se siguen las recomendaciones de actividad física diarias, prolongados tiempos de inactividad como estar sentados o en cama, tienen estrecha relación con el riesgo de padecer enfermedades crónicas.
Motivemos a nuestros niños y adultos a realizar actividad física promoviendo así una vida activa y saludable, donde nuestros adultos conserven un grado de cognición que les permita disfrutar plenamente de su entorno y familia.