Hace más de un año se registró en nuestro país el primer caso de contagio por coronavirus.

No obstante, estas últimas semanas han sido extrañas y complejas desde todo punto de vista. Por una parte, estuvimos enfrentados a cuatro procesos electorales simultáneos, uno de ellos histórico -elección de convencionales constituyentes- sin embargo, se dio en un contexto de alza sostenida en el número de contagios, lo que nos tiene por estos días con nuestro sistema de salud funcionando al límite de sus capacidades técnicas y humanas, y con un número diario de contagios idéntico a las cifras que hace algunos meses la autoridad de salud daba como ejemplo hipotético que si se alcanzaba ese escenario, sería “catastrófico”. Por lo mismo, hubo que postergar dichos comicios.

Al mismo tiempo, escuchamos reiteradamente que la esperanza para superar este momento aciago, está determinado casi exclusivamente por la masividad y rapidez de la vacunación, logrando así la tan ansiada inmunidad de rebaño, a esta altura, el mantra del gobierno ante las sucesivas malas decisiones, erráticas vocerías y nula comunicación de riesgo.

Es en este escenario, que el próximo 15 y 16 de mayo se realizarán los postergados comicios electorales: alcaldes, concejales, gobernadores regionales y los ya señalados convencionales constituyentes.

Concedamos que las proyecciones sanitarias gubernamentales son ciertas y que a fines del primer semestre -junio- se alcanzará un 70% u 80% de vacunación de la población objetivo, generando una importante disminución en la gravedad y letalidad en las personas contagiadas, más no, la desaparición per se del virus.

Sin duda alguna, por esa misma época nuestra elite política habrá comenzado el despliegue de las negociaciones y pre-campañas con miras a las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre próximo. Por de pronto, las primarias legales para definir candidaturas presidenciales se encuentran fijadas para el día 18 de Julio.

La duda que surge es tan real como dramática, ¿de qué forma las nuevas autoridades locales que asumirán sus cargos el 28 de Junio podrán hacer frente a la crisis económica y social que está dejando esta pandemia en cada una de las comunas?, ¿qué autoridad del gobierno central estará disponible -léase interesado- en recibir a un/a alcalde/sa de una pequeña comuna para conseguir fondos adicionales, ante los exiguos presupuestos municipales, de tal manera hacer frente a las diversas necesidades que ya están aflorando producto de la crisis?.

Sumase a lo anterior, una experiencia muy conocida respecto de los últimos meses de mandato de todo gobierno ¿será parte de sus intereses cotidianos, preocuparse del bienestar de la ciudadanía, o varios de sus funcionarios/as por no decir muchos/as, ocuparán el tiempo para explorar su nueva “cancha de aterrizaje” laboral ?.

No hay duda que hoy vivimos una crisis sanitaria profunda, la que debe ser nuestra principal preocupación, junto con la adopción de medidas concretas en el ámbito económico y social para hacer frente a la coyuntura. Sin embargo, la realidad indica que mañana, cuando se vuelva a un grado de normalidad mayor, o bien, hayamos asumido -gracias a la vacunación- que deberemos convivir por mucho tiempo con este virus, las puertas de los Municipios no dejarán de golpear por las legítimas necesidades de los vecinos y vecinas que requerirán lo mínimo para sobrevivir, alimentarse, vestirse, pagar sus cuentas básicas, trabajar “en algo” y un largo etcétera.

La forma de enfrentar aquello, deberá marcar la diferencia en el tipo de autoridades locales electas y el conocimiento que posea no sólo de su territorio, sino que del funcionamiento integral del Estado, de los programas gubernamentales, de los servicios públicos que cuentan con financiamiento para proveer de recursos a las comunas a través de diversos proyectos, de conocimiento de los distintos Ministerios y Subsecretarías, entre otras características. Ello generará no solo allegar recursos, sino que también permitirá fijar las prioridades en la urgencia conjugándolo con los tiempos electorales de este año: primarias presidenciales, elecciones parlamentarias y presidenciales, termino del actual gobierno, traspaso al próximo, asunción del nuevo gobierno. Dicho de otro modo, si estas nuevas autoridades no poseen un determinado perfil técnico profesional que le permita rápidamente comprender sus necesidades a través de un objetivo orden de prelación, junto con una probada experiencia política, podríamos vernos envueltos en que durante meses y meses la ciudadanía sea un triste espectador de su cruda realidad sin obtener respuestas y ayudas concretas.

Abrigamos la esperanza que las lecciones de aquel épico movimiento social del 18-O que fue capaz de lograr algo que parecía impensado -plebiscito e inicio de un proceso constituyente- imponiéndose democráticamente a través de la opción Apruebo, dio cuenta de una sólida madurez de la ciudadanía. En ese orden, confío que sabrán comprender que sus representantes deben estar dotados de determinadas características para enfrentar una época muy particular, por de pronto, honestidad y probidad a toda prueba, y en segundo termino, capacidad de gestión y profundo conocimiento del funcionamiento del Estado, de tal comenzar a gestionar desde el primer día para dar respuesta a los desafíos que nos impone una profunda crisis que recién comienza y cuyos efectos los viviremos por mucho tiempo.

Fuente: Elmostrador.cl