“Ha sido el susto más grande de nuestras vidas”, expresaron.
En ocasiones tendemos a creer que el Covid19 está lejano, que no hay posibilidades de contagiarnos o minimizamos las consecuencias de ésta enfermedad puede tener en las personas. Contrario a esta creencia, quienes han debido lidiar con los efectos físicos, familiares y sociales de esta enfermedad, están conscientes que es peligrosa y que afecta no sólo a la persona contagiada, sino a todo el grupo familiar.
Es el caso de don Erick Viera y su esposa Sandra Domínguez, quienes se contagiaron hace un tiempo y recién hoy, después de casi 1 mes, pueden volver a estar juntos. Don Erick fue quien se vio más afectado y permaneció 3 semanas con ventilación mecánica en la Unidad de Paciente Crítico del Hospital San Juan de Dios de Los Andes. Él tiene escasos recuerdos del proceso de tuvo que vivir, pero agradece estar con vida y poder volver a su casa luego de varias semanas hospitalizado.
El Dr. Freddy Duarte, Jefe del Servicio de Medicina, explicó que don Erick ingresó con un cuadro de dificultad respiratoria y requerimiento de oxígeno, que progresivamente fue deteriorándose, hasta requerir ventilación mecánica invasiva y una traqueotomía. Afortunadamente, explica el médico, hoy el paciente puede regresar a su domicilio caminando y sin dificultad respiratoria; condiciones muy favorables, considerando el estado de salud en que ingresó al establecimiento.
Aún emocionada por volver a estar junto a su marido, la Sra. Sandra cuenta que este fue un periodo duro para su familia, “ha sido brutal, complicado, el susto más grande de mi vida… 3 semanas que él estaba perdido, estaba en coma”. Y a pesar que ella estaba contagiada también, tuvo que mantenerse fuerte para contener a su familia y para esperar el retorno de don Erick a su casa.
Igualmente, emocionado, don Erick señala que ojalá nunca se hubiese contagiado. “Esta cosa es gigante y cuando uno está metido en el medio se da cuenta que no basta con un té de manzanilla. Si no hay que salir, no salgan. Lo recomendable para terminar esta cuestión es el autocuidado, nada más”.
Afortunadamente para esta familia, el final de la historia es feliz. Don Erick se va a su domicilio caminando, en buenas condiciones de salud, con todas las indicaciones para continuar su cuidado en el domicilio; y con el cariño que le expresó el personal del HOSLA al recibir el alta médica.