En el marco de su política de relacionamiento con la comunidad, el proyecto Minero Vizcachitas, perteneciente a la empresa Los Andes Copper, a través de su gerente de asuntos públicos, Alejandro Cassi, informó sobre lo realizado en 2019, además de aclarar de manera directa las principales dudas que se han instalado entre los vecinos de Putaendo sobre esta iniciativa, la que aún se encuentra en etapa de estudio.
Dada la sequía que afecta al país y particularmente a la zona de Putaendo, el ejecutivo volvió a reiterar que el proyecto minero Vizcachitas no tiene contemplado utilizar agua del río Rocín ni del río Putaendo para sus operaciones. Esta información ya había sido entregada a la comunidad, tras un encuentro social que organizó la compañía en agosto de 2019.
La motivación de la empresa para no ocupar esa agua se basa en tres razones: la primera, y más importante para el proyecto Minero Vizcachitas, es disminuir al máximo todos los efectos e impactos que el proyecto pueda tener en el medio ambiente durante su construcción y operación. La segunda razón es que el proyecto no cuenta con derechos de agua consuntivos en dichos ríos. Finalmente, la tercera razón es que el caudal del río Rocín es muy variable, lo que impide su uso para cualquier proyecto minero.
Es por esta misma razón que el proyecto se ha comprometido desde el año pasado con la comunidad de Putaendo para no afectar en calidad ni en cantidad el caudal del río Rocín. “Para ello -señaló Cassi (foto izq.) – hacemos un monitoreo permanente de la calidad del agua del río Rocín, información que entregamos periódicamente a la DGA”. Agregó que para que el agua no entre en contacto con la futura operación minera, CMVH tiene contemplado encauzar el río aguas arriba del proyecto para devolverlo aguas abajo de éste, en la misma cantidad y calidad. “La idea de encauzar el río no es algo nuevo en Putaendo”, afirma Cassi. “En el embalse Chacrilla también se encauza y es parte de las soluciones ingenieriles que ayudan a cuidar el agua”, concluye.
Otro punto que ha generado dudas de parte de la comunidad putaendina es el tema de los glaciares y los efectos que podría tener este proyecto sobre éstos. Según la compañía, debido a la altura geográfica en la que se instalará el proyecto Minero Vizcachitas (esto es a 1.900 metros sobre el nivel del mar), no habrá impactos, porque a esa altitud no hay ni glaciares de roca ni glaciares blancos.
Respecto de las tronaduras, la compañía reafirma que tampoco afectarán a los glaciares, ya que en todos los estudios realizados, aún con los escenarios de los vientos más fuertes, el material de esa actividad no llegaría más allá de 500 metros. El glaciar más cercano está a más de 5 kilómetros y detrás de una serie de cordones montañosos.
Resolución de la DGA
La compañía también se refirió a la sanción que recibió de parte de la Dirección General de Aguas (DGA) a fines de 2019. Según señaló el gerente, la empresa rechaza la sanción ya que la DGA incurre en errores de forma y fondo. “La DGA, en los plazos que nos entregó, confundió días hábiles con días feriados y dejó sin consideración la respuesta de la empresa”, afirmó Alejandro Cassi. “Por este motivo, la compañía va a apelar”, confirmó.
En cuanto a las declaraciones del presidente de la Junta de Vigilancia del Río Putaendo, respecto de que no existiría capacidad para que la agricultura y la minería puedan convivir en la comuna, Alejandro Cassi afirmó que no cree que haya mala fe en esas declaraciones y más bien considera que hay una desinformación por parte de ese organismo. “Invito a los socios de la Junta de Vigilancia para que dialoguemos y sepan de primera fuente la forma en que vamos a operar y la manera en que tanto la agricultura como la minería pueden convivir conjuntamente tal como ocurre en otras partes de Chile y de la Región de Valparaíso”, afirmó el gerente.
Estado actual y próximos pasos
Respecto de la etapa actual del proyecto, el gerente de la compañía afirmó que ingresaron una segunda Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para hacer un trabajo de prospección minera, la que aún se encuentra en trámite de aprobación en el Servicio de Evaluación Ambiental. El objetivo de esta prospección es conocer en detalle los recursos que hay en la zona donde se instalaría el proyecto.
Una vez ejecutado este estudio de prospección, Los Andes Copper comenzará el trabajo del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para ingresarlo en 2021, con el que esperan conseguir la aprobación del SEA y comenzar la construcción de la iniciativa. Según las proyecciones de la compañía y en el escenario más positivo, podrían comenzar el proceso de construcción entre los años 2023 y 2024.
Fuente: Putaendo uno Mario Alvarado