A través de los conocimientos entregados por una machi, Lina López, pudo desarrollarse netamente en la medicina ancestral, basándose en remedios naturales y cremas. Además busca cultivar y transmitir la cultura diaguita.
Por Kalisca Espinoza, estudiante de Periodismo, UVM.
Lina López Aballay, es una mujer diaguita y artesana. Desde que supo que su apellido es ancestral y que provenía de un pueblo originario ha ido en busca del equilibrio, de sus ancestros y de conocer en profundidad el mundo indígena, especialmente el diaguita.
Lina, luego de superar un cáncer, cambió su estilo de vida e incursionó directamente en hacer cremas y consolidarse en todo lo relacionado con las hierbas y medicina ancestral. Hasta el día de hoy busca que la gente sepa que con hierbas se pude sanar y todo a un bajo costo.
En el año 2012, crea una asociación, llamada Indígena Paillacar, con la finalidad de encontrar una mayor población indígena y poder recuperar su cultura, a través de ritos. El objetivo central era reunir a personas indígenas y rescatar la cultura, y desde ahí apoyar la naturaleza, crear huertos e invernaderos para el cultivo de las hierbas y no menos importante apoyar causas contra la minera.
Con la asociación pudo comenzar a desarrollar y trabajar en un programa de salud indígena, llamado, Programa especial de salud de pueblo indígena (PESPI), relacionado netamente con el servicio de Salud Aconcagua y con el Cesfam de Putaendo. “Ahí pude tomarme unos atributos para hacer talleres y conocer de la medicina indígena, es decir, remedios a base de hierbas”, manifestó Lina.
Con los talleres que implementaba y con esfuerzo el año pasado pudo traer una machi a Putaendo, la cual ayudaba a muchos putaendinos, les daba remedios naturales e incentivaba a las personas a conseguir sus propias hierbas para ir construyendo un huerto propio. “Fue muy positivo haber traído a la machi, pero lamentablemente la pandemia nos dejó alejado de eso”, señaló López Aballay.