Con el objetivo de que los pequeños agricultores cuenten con una alternativa complementaria al pastoreo para ganado menor y mayor.
La utilización de forraje verde hidropónico (FVH) constituye una tecnología apta para pequeños productores del sector agropecuario. Es un producto, rico en vitaminas, minerales, con un alto contenido de humedad y de bajo costo. De alta digestibilidad, calidad nutricional y muy apto para la alimentación animal.
El FVH es la germinación de semillas principalmente de gramíneas (trigo, avena, cebada, centeno, triticale o maíz) y su posterior crecimiento se realiza bajo condiciones ambientales controladas (luz, temperatura y humedad) y en ausencia del suelo.
Debido a que el Forraje Verde Hidropónico es una alternativa interesante como alimento complementario en períodos de escasez hídrica y falta de forraje verde natural para animales como ovinos, caprinos, bovinos, equinos, aves, conejos y otros, INIA La Cruz junto a la Fundación de Innovación Agraria (FIA) decidieron impulsar esta iniciativa e incentivar la producción de esta alternativa de suplementación alimenticia. Para ello dos módulos de este forraje fueron construidos en madera, de manera consistente, e implementados en el campo de agricultores líderes de las comunas de Putaendo y San Esteban.
Los productores beneficiados con esta iniciativa fueron capacitados en establecimiento, manejo y cosecha de forraje verde hidropónico a través de la metodología aprender haciendo, que permitieran un uso más eficiente del agua y obtención de recursos forrajeros.
En los talleres de producción de FVH se consideró selección de semilla, etapas de germinado, crecimiento del forraje y su respectiva cosecha. Asimismo, “se realizaron capacitaciones de construcción de la estructura, diseños e implementación de riego, consideraciones técnicas para la producción de forraje verde e incorporación en alimentación en rebaño caprino según estado y condición”, indicó Andrea Torres, transferencista del INIA La Cruz.
Con esta consultoría apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), se espera que los crianceros cuenten con una alternativa de alimentación complementaria al pastoreo para ganado menor y mayor, beneficiando directamente la economía familiar.
Los productores beneficiarios son usuarios de los PRODESALES de las comunas, en conjunto con los agentes de extensión, priorizando aquellos productores que presentan limitadas capacidades con respecto a manejos técnicos de FVH, y que poseen un alto interés para capacitarse en el tema.
El Director Regional del INIA La Cruz, Patricio Fuenzalida destacó el compromiso del INIA y del Ministerio de Agricultura agregando que “estamos con toda la disposición de aportar con la tecnología que nosotros hemos elaborado o adaptado para apoyar a los pequeños y medianos agricultores, más aún en zonas con problemas de restricción hídrica”.
Agregó que la idea es introducir cambios y para ello es fundamental enfocarse en la capacitación. “Esto es una forma concreta de capacitar y entregar herramientas al agricultor con el objetivo de contribuir a su desarrollo y crecimiento, especialmente de la Agricultura Familiar Campesina”.
Aprender haciendo
La estructura de madera que se armó en la localidad El Manzano, comuna de Putaendo y que fue presentada a las autoridades regionales a través de un recorrido, corresponde a una estructura sencilla y de fácil construcción de 1,3 m de ancho, por 2,6 m de largo con una altura variable entre 0,8 y 1,6 m de alto, que permite la producción de 8 a 10 kg de FVH por metro cuadrado de superficie de producción, que permite planificar la siembra de semilla de acuerdo a la necesidad de forraje. La contribución del técnico de campo Luis Leris de INIA Intihuasi y del ingeniero agrónomo M.Sc Luis Patricio Abarca de INIA Rayentué fue fundamental en este proceso.
Para la localidad de Campos de Ahumada, comuna de San Esteban, se armó una estructura que cuenta con estanterías y el uso de bandejas plásticas para el crecimiento del FVH. Las dimensiones aproximadas son de 2 m de alto, 2 m de largo y 1 metro de ancho, con tres repisas de crecimiento y 30 bandejas de 0,15 m2 cada una, utilizando en promedio 350 g de semilla por bandeja y un forraje verde de 2,5 kg aproximadamente al momento de la cosecha.
Por cada metro cuadrado construido se utilizaron aproximadamente entre 2,5 kilos de semilla de gramíneas (seca). Previamente se induce su germinación con remojo en agua limpia por un día y dos días húmeda en oscuridad en recipiente tapado, para ser sembrado posteriormente, manteniéndose sobre la estructura desde el día 4 al 15 considerando un buen riego bajo condiciones de luminosidad, humedad y temperatura, hasta la cosecha, siendo consumible en su totalidad. “El forraje verde hidropónico puede llegar a medir en promedio unos 25 cm de altura sin ningún nutriente externo. Solamente con riegos frecuentes de agua limpia podemos conseguir un forraje de buena calidad logrando además una gran eficiencia del recurso hídrico y reducir la mano de obra para su producción”.