Con más de 8 años de caminar los senderos de la danza, la cultura, el patrimonio inmaterial y con un tremendo compromiso social, la Academia Semillas del Orolonco, enfrenta nuevamente un desafío gigante.

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Por Patricio Gallardo M.

En estos años se ha vivido de todo, penas, desencantos, incomprensión, pero como la vida misma las alegrías, emociones, momentos de tremendo orgullo, han llenado los corazones de sus directores, de sus familias y por su puesto de las familias de los jóvenes bailarines, que han crecido y madurado, no sólo en la danza, el arte es más que ejecutar o mostrar técnicas, es disciplina, solidaridad, trabajo de equipo, innumerables factores que te llevan a construir principalmente una buena persona.

En este contexto, marcado además por la Pandemia, que como para todos es sabido, el arte y la cultura han sido golpeados severamente, como otras tantas actividades; y a pesar de todo eso seguimos trabajando, cuando se ha podido de manera presencial, con clases virtuales, sus directores capacitándose, para siempre aportar más y nuevos conocimientos a sus bailarines.

Ese trabajo silencioso e incansable, después de haber visitado vale la pena recordarlo, en varias oportunidades Argentina y Uruguay, con dos versiones del Festival Internacional Temporeros sin Fronteras, en nuestro valle; no lleva ahora a soñar mucho más lejos.

El Elenco de Semillas del Orolonco ha sido invitado a participar en una serie de presentaciones en la ciudad de Santa Fé, Nuevo México, Estado Unidos.

Un sueño, un desafío y una responsabilidad enorme al convertirse  en embajadores artísticos y culturales de nuestra comuna.

“Como directores sabemos lo que nos espera, en todo lo que se debe realizar desde lo logístico, permisos, visas, pasaportes, pasajes y se debe mencionar además la puesta a punto de los cuadros de proyección, la propuesta debe ser atractiva, para un público que está acostumbrado a ver shows de primer nivel”, señala el director de la agrupación.

La invitación ya está hecha, los recursos, se deben trabajar  gestionar con autoridades y con todos quienes deseen colaborar y apoyar  nuestras actividades.

8 jóvenes bailarinas, todas de Putaendo, más los 2 directores (también de la comuna), harán todo lo humanamente posible, para que este nuevo sueño se pueda hacer realidad, es una oportunidad única y que puede abrir ventanas para las futuras generaciones de estas Semillas, que quieren volar y seguir llevando el nombre nuestro valle más allá de la cordillera.